El 7 de Ventorrillo

Un grito octubre 27, 2008

Mientras el Sr. Alcalde se sube el sueldo y la ilustre Sra. Botella decide enviar inspectores a buscar en las basura, yo decido ser una heroína y jugarme la vida en mi propia casa. No es que sea una psicótica suicida, es que hace ya casi dos años una inmobiliaria compró el inmueble en el que vivo y lo ha destruido conmigo dentro para presionar y que me marche. Mi compromiso junto con el de mis vecinas [Luisa, Adela, Juana, María] y mi familia [Chelo y Ángela] de no marcharnos y resistir no me deja libre de miedos.

Los suelos se están despegando de las paredes y cuando llueve, el agua moja las instalaciones eléctricas, por tanto, hay días que siento estar viviendo en un polvorín. Lo más grave es que estoy arrastrando a mi hija Andrea de once años que no tiene edad para saber de compromisos y sí de estar protegida. Mientras, estamos en periodos de justicia y ya sabemos que la ley es lenta, excesivamente lenta. Sra. Botella, ¿por que no inspecciona vd., a tanto defraudador, especulador y deja las basuras que huelen mal?